Estructura de hormigónEn el mundo industrializado, la mayor parte de las estructuras civiles y de edificación se realizan con acero y hormigón. Ambos materiales son muy eficaces en su uso estructural pero, a su vez, grandes consumidores de recursos energéticos y medioambientales.

Hemos comentado en un post anterior el gran impacto medioambiental de la construcción y la vivienda, y en este nos centraremos en algunos datos concernientes a la repercusión de las estructuras en dicho impacto. Más concretamente, en el derivado de la fabricación de cementos, básicos en la producción de hormigón para la construcción, y las posibilidades que abren nuevos materiales y procesos de fabricación de los cementos.

El acero y el cemento, además de copar, con el aluminio, los tres primeros puestos del ranking de consumo energético de la industria de la construcción, producen grandes cantidades de CO2. Por cada tonelada de cemento Portland se produce una tonelada de CO2, y este valor se eleva a 1,5 toneladas de CO2 para el caso del acero.

El valor total para el caso del cemento clinker es de 1600 millones de toneladas de producción, lo que supone un 7% de las emisiones totales de CO2, y se espera que en 2010 la producción total se eleve a 2000 millones de toneladas.

El consumo energético en la producción de cemento Portland se debe en un 90% al proceso de clinkerización, en el que se deben alcanzar temperaturas de 1450ºC.

Una de las noticias que me ha llamado la atención estos días es el anuncio de un grupo de investigación del CSIC del desarrollo de un nuevo proceso para la obtención de clinker y cementos por procesado eco-eficiente.

El resultado del nuevo proceso es la producción de cemento belítico a partir de residuos industriales, utilizando temperaturas de síntesis de tan sólo 800ºC y pudiendo llegar a una producción nula de CO2 en el proceso del horno.

La materia prima utilizada son las cenizas volantes derivados de la combustión del carbón, de las que se producen unos 600 millones de toneladas cada año, y que plantean problemas de almacenamiento. Al mismo tiempo, permitiría reducir la explotación de las canteras de calizas.

Estos cementos no precisan de la adición de estabilizadores o reguladores de fraguado, permiten obtener mayores resistencias en tiempos más cortos de fraguado que los cementos convencionales y son más resistentes a los ataques por sulfatos y otros ambientes agresivos.

¿Cuándo podremos ver estos cementos en obra?

Más información:

Los costes medioambientales de la producción de cemento están muy bien resumidos en un trabajo de la Universidad de Chile publicado en su revista Ingeniería de la Construcción y se complementan con los datos ofrecidos por el grupo de investigación sobre durabilidad de materiales y construcciones en ingeniería y arquitectura de la universidad de Alicante.

Los datos ofrecidos por los propios fabricantes de acero permiten conocer la producción de CO2 y de otros contaminantes como resultado de la fabricación del acero.

Un resúmen del CSIC NM037- Nuevos Clínker y Cementos Obtenidos por Procesado Eco-eficiente desarrollado por el CSIC.