A través de un artículo de El PAÍS se puede leer en una entrevista a Lawrence Lessig:

la cultura en el siglo XIX era «regrabable», ya que los autores creaban apoyándose en las ideas de otros. El siglo XX es de «sólo lectura», porque la extensión del copyright -en la Constitución estadounidense de 1787 duraba 17 años; ahora, se acerca a los 200- y el hecho de que las herramientas creativas estén en manos de unos pocos convierte a los creadores en consumidores pasivos o en delincuentes que violan la propiedad intelectual