En Versus blog se publica una entrevista a Richard Stallman, personaje fundador del movimiento del software libre, en el que, como siempre, muestra su interesante y controvertida personalidad, sin dar puntada sin hilo.

Ya que se publica bajo licencia Creative Commons, Share Alike, la reproduzco a continuación para tenerla a mano:

Entrevista con Richard Stallman

Gracias a Andrés Lomeña, escritor y periodista amiguete al que desde aquí saludo y agradezco, tenemos hoy una interesante entrevista a Richard Stallman que él mismo ha realizado y que podemos leer todos.

«El móvimiento de código abierto no se plantea motivos éticos y hace caso omiso de un factor [la libertad] más profundo.»

Richard Stallman ha sido un eminente programador y es una de las figuras fundamentales del movimiento del software libre. Referente moral e inventor del concepto copyleft, Stallman responde a cuestiones sobre tecnología, política y ética.

ANDRÉS LOMEÑA: Hola Richard, me gustaría empezar recordando su cuento “El derecho a leer”. Quizás ha subestimado el valor de sus historias de ficción.

RICHARD STALLMAN: Sólo he escrito tres cuentos en mi vida, y nadie ha visto el primero porque estaba bastante mal escrito.

A.L. : Ese cuento fue, en mi opinión, un modelo indiscutible para la cultura libre, e incluso para la ciencia-ficción.

R.M.S. : “El derecho a leer” no vale mucho como ficción. Sí vale mucho como aviso del peligro, y ha lanzado una resistencia contra las “esposas digitales” que siguen creciendo.

A.L. : Cory Doctorow ha escrito recientemente un cuento sobre los peligros de Google, como si esta empresa fuera una especie de “Gran Hermano”. En cualquier caso, quería preguntarle si ha pensado en escribir nuevos relatos de ficción, y en ese caso qué nuevos temas plantearía, teniendo en cuenta los cambios que se han producido en Internet.

R.M.S. : Mi otro cuento, también de ciencia-ficción, se llama «Jinnetic Engineering» y está publicado en http://stallman.org/jinnetic.html. Pienso que es algo mejor como ficción. No tiene nada que ver con los temas políticos de la tecnología actual, sino generalmente con la ética. Espera a que tenga otra inspiración para escribir otro cuento.

A.L. : He leído que no usa teléfono móvil, no sé si como forma de resistencia al control empresarial o por algún otro motivo.

R.M.S. : Es un tema más específico. Un teléfono móvil sería muy cómodo y útil para mí, pero también lo es para el “Gran Hermano”. El proveedor de servicios siempre sabe dónde te ubicas, y graba estos datos permanentemente. Otro peligro: los que conocen los códigos pueden encenderlo para escucharte en cualquier momento, sin anunciarse. Algunos crackers saben hacerlo, y por cierto el proveedor y la policía lo saben. A pesar de la comodidad, resistir es nuestro deber de ciudadano. ¡No alimentemos al Gran Hermano!

A.L. : Nos interesa saber cómo se desarrolla la comunidad del software libre por dentro.

R.M.S. : Cada proyecto tiene sus propias prácticas y costumbres, porque no hay ninguna autoridad central sobre la comunidad. Conozco las costumbres de pocos proyectos, porque ya no tengo mucho tiempo para participar en la programación. Los métodos y costumbres del desarrollo no son mi enfoque, porque son un asunto técnico. Los asuntos éticos de la libertad del usuario y de la solidaridad social de la comunidad me preocupan más.

A.L. : En ocasiones se insulta y no se proponen argumentos, y los blogs a veces son un medio poco adecuado para aportar ideas. Pienso que existe un sector interesado en desacreditarle; también hay muchos que le apoyan incondicionalmente. Eric S. Raymond, por ejemplo, llegó a decir de usted que era un “líder sectario”. Polémicas aparte, él ha escrito dos ensayos de cierta importancia: “La catedral y el bazar” y “Conociendo la noosfera”. ¿Cómo valora estas aportaciones a la teoría?

R.M.S. : Raymond nunca apoyaba las ideas éticas del movimiento del software libre, y desde 1998 intenta debilitar el movimiento. Pienso que el motivo de sus ataques personales realmente no es personal, sino el deseo de disminuir mi influencia para promover el movimiento. A veces se presenta como ex-defensor fuerte, aunque nunca nos apoyaba tanto. Sospecho que lo hace para que su oposición actual tenga más influencia contra nosotros.

A.L. : No sé si estas discusiones le parecen naturales o si encuentra demasiada virulencia en el debate planteado con el software libre. ¿Ha recibido ataques personales? En resumen, si puede usted describirnos un poco el porqué de estas fricciones dentro del movimiento.

R.M.S. : Las fricciones principales dentro de la comunidad de software libre están entre los del movimiento de software libre y los que apoyan la filosofía del “código abierto”. Esa filosofía no habla de la libertad como meta, no se pregunta si el software privativo es ético o no. No plantea el asunto en términos éticos, y no alude a valores éticos. Menciona sólo valores prácticos, como un “modelo de desarrollo” para producir programas cómodos y fiables. Eric Raymond y Linus Torvalds son de ese campo. Sus sugerencias son útiles si quieres desarrollar un programa, pero hacen caso omiso del asunto más profundo. Véase:

http://www.gnu.org/philosophy/open-source-misses-the-point.es.html

A.L. : Sé que la terminología es muy importante para usted. Nos gustaría comprender por qué el “libertarianismo” es tan diferente y controvertido. En Europa, usamos “libertario” como sinónimo de “anarquista”. En cambio, “libertario” es un concepto bastante más complicado en Estados Unidos.

R.M.S. : No es complicado, sino diferente. En los EEUU “libertarian” se usa únicamente para los que quieren eliminar todos los programas estatales de la seguridad social. Quieren reducir las funciones del estado al nivel mínimo. No admiten que el resultado sería la pobreza general con ventajas para unos pocos ricos, y la destrucción total de la naturaleza. Ayn Rand fue un ejemplo. No traduzco “libertarian” como “libertario”, sino como “libertariano”, para evitar confusión. Claro que no soy libertariano.

A.L. : Muchos libertarianos son los conocidos como “neo conservadores”. El debate es interesante porque los europeos no comprendemos cómo se establecen conexiones ideológicas tan contradictorias en apariencia. Éste sería el caso de la relación entre la filosofía de Ayn Rand y las ideas de Jimbo Wales (creador de Wikipedia). El objetivismo de Rand habla de la primacía individualista y de un sistema capitalista, mientras que Jimbo Wales, deudor de las novelas de Ayn, creó un proyecto de enciclopedia libre que es comunitario y nunca individualista.

R.M.S. : No conozco tanto a Wales como para poder explicar su postura.

A.L. : Supongo que, además, su amigo John Gilmore no es un libertario convencional, sino un libertario de izquierdas.
R.M.S. : Gilmore es de derechas.

A.L. : John Perry Barlow también es un libertario, pero éste fue acusado por Richard Barbrook de neoliberal. ¿Podría aclararnos esta aparente paradoja?

R.M.S. : Me sorprendió descubrir en los años 90 que muchos defensores del software libre eran libertarianos. Desde hace unos años hacemos esfuerzos para dirigirnos a la izquierda, como por ejemplo al Partido Verde de varios países.

A.L. : Según el libro “Free as in Freedom” de Sam William, hay una tensión entre el Stallman ideológico y el Stallman hacker. Este autor buscaba el origen de sus ideas revolucionarias, encontrando a Thoreau (escritor de la utopía Walden) y al ambientalista John Muir en su corpus ideológico.

R.M.S. : Nunca he leído nada de John Muir, y poco de Thoreau. Es posible que haya recibido influencias indirectas suyas, pero no las reconozco porque no conozco bien sus pensamientos.

A.L. : Probablemente no esté muy preocupado acerca de cómo le retraten en el futuro, pero me gustaría conocer las influencias (políticas, ideológicas, artísticas) que usted abiertamente reconoce en su trayectoria personal e intelectual.

R.M.S. : Soy un “liberal”. En los EEUU, “liberal” quiere decir “demócrata social”, más o menos. Es apoyar los derechos humanos y un estado que dirija la sociedad para eliminar la pobreza, proteger la naturaleza, proteger la salud pública, disminuir los engaños que las empresas hacen a los ciudadanos, aceptar muchos estilos de vida, etc. Apoyaría los programas sociales del “New Deal” de F.D. Roosevelt.

Cuando era joven, había un movimiento de igualdad racial, la oposición a la guerra de Vietnam, el caso Watergate que desmintió al Presidente Nixon y le hizo dimitir. Muchas lecciones de libertad y justicia. También había la influencia de la comunidad hacker de los años 70. En esta comunidad, compuesta mayormente de empleados y estudiantes del MIT y otras universidades, aprendía cuán bueno era una sociedad de libre cooperación.

A.L. : Rober Cailliau, uno de los padres de Internet, declaró hace poco que ya no usa la WWW porque su finalidad era comunicativa y a favor de la libertad, no una herramienta para el mercado. Usted abandonó el MIT por motivos parecidos, si no me equivoco.

R.M.S. : No son parecidos. No conozco a Cailliau, pero no estoy ni estaba en 1983 en contra del negocio como tal. Estoy en contra del software privativo. El software privativo es el software no libre, el software que priva de la libertad a sus usuarios.

A.L. : Lamentablemente, el Capital parece devorarlo todo.

R.M.S. : ¡No exageres! Tales declaraciones cínicas y simplistas son falsas y desaniman la resistencia. Nuestros enemigos son poderosos pero no omnipotentes. Resistir es difícil pero no imposible. El movimiento del software libre ha ganado muchas batallas que yo no anticipaba ganar.

A.L. : La pregunta es la de siempre, ¿cómo podemos luchar en la actualidad por el software libre?

R.M.S. : Primero, no uses el software privativo. Defenestra tu computadora: o echar Windows de la máquina, o echar la máquina por la ventana. Segundo, hay que enseñar a los usuarios a valorar su libertad para que no acepten el software que le prive de ella. También tenemos que luchar contra los intentos de imponer leyes que prohiben el software libre. La Unión Europea, mostrando su carácter no democrático, ya ha adoptado directivas injustas que prohiben la distribución de programas libres para escaparse de la gestión digital de restricciones (o esposas digitales). Por ejemplo, prohiben la distribución de programas libres para reproducir películas en un DVD. Ahora piensa imponer patentes sobre ideas informáticas, de manera que cualquier desarrollador de software (que sea libre, o privativo, o de uso privado) pueda ser demandado por las ideas implemetadas en su código.

A.L. : Su lucha a favor del software libre ha conseguido crear toda una “cultura libre”. ¿Qué otros campos de la cultura y el conocimiento defendería, dejando el software libre a un lado? Por ejemplo, muchos países tienen un sistema educativo público mientras que las escuelas se proveen con libros que pertenecen a editoriales privadas. ¿Deberíamos reivindicar un cambio en este tipo de asuntos?

R.M.S. : Las obras educativas deben ser libres. Quiero recordar que Extremadura tiene el proyecto de desarrollar una serie completa de obras educativas libres para todas las clases de sus escuelas.

A.L. : ¿En qué otras luchas políticas está usted implicado?

R.M.S. : Apoyo la lucha por los derechos humanos y la democracia, mundialmente. También lucho por la eliminación de la Organización Mundial del Comercio, y de los Tratados de Bajo Salario como GATT, NAFTA, CAFTA, y los bilaterales.

A.L. : ¿Hay muchas licencias de copyleft (copyleft)? ¿Sería mejor tener más?

R.M.S. : Hay decenas de licencias libres, de las cuales unas pocas hacen copyleft, como la Licencia Pública General (GPL) de GNU. Pero el copyleft es normal en el software privativo, porque más del 70% de los programas usan la GPL de GNU.

No sería bueno tener más licencias diferentes de copyleft, porque legalmente no es posible combinar las obras bajo una licencia con las obras bajo otra.

A.L. : No sé si usted percibe esta proliferación de licencias (BSD, Creative Commons, etcétera) como algo malo o si por el contrario es una prueba de la pluralidad existente.

R.M.S. : Creative Commons dice que sus licencias no son para el software. Para software sugiere sólo la GPL de GNU

A.L. : ¿Se siente usted cómodo con la etiqueta de “gurú”?

R.M.S. : Llamarme “gurú” es falso, porque no intento coleccionar a seguidores, sino inspirar a activistas. No digo “síganme como maestro”, como un gurú, sino “síganme al ataque”.

A.L. : Nunca le he visto interpretar a “San IGNUcio”, pero imagino que es una forma de bromear con el software libre, como si fuera una nueva religión.

R.M.S. : Tiene tres metas: burlarme de mi reputación de gurú, burlarme de la religión, y ser comediante de “stand-up”, que siempre fue una de mis ambiciones.

A.L. : Entonces, ¿es usted ateo o agnóstico?

R.M.S. : Soy ateo practicante y en mi vida intento propagar el ateísmo. Para despedirme digo “A ningún diós”. Si hubiera un dios como la cristiandad cree, sería un tirano injusto. En 1978 pedí hacer una chapa que diga “Impugna a Dios”. Si lo habíamos hecho con Nixon, por qué no con un tirano aún peor.

A.L. : Por otro lado, algo que me llama la atención es su negativa a intentar predecir el futuro. ¿Por qué la gente (mayoritariamente nosotros, los periodistas) está continuamente intentando descubrir cómo será nuestro futuro tecnológico?

R.M.S. : Predecir el progreso tecnológico tiene sentido, pero no sé hacerlo. Lo que habitualmente me piden predecir es el resultado de nuestra lucha por la libertad. No lo hago porque depende de los actos de todo el mundo. Cualquier pronóstico sobre el resultado de una lucha por la libertad es un intento de profecía autocumplidora. El deber de un ciudadano es no creer en ninguna profecía del futuro, sino actuar para realizar el mejor futuro posible.

A.L. : ¿Piensa que puede ganar el premio Turing algún día o es una utopía?

R.M.S. : Que gane un premio no merece la palabra utopía. Tengo una ambición más grande: eliminar el software privativo para que todos los usuarios de software sean libres. Es decir, la liberación del ciberespacio. Esto sí podría ser llamado «utopista». O eres utopista, o eres autopista.

A.L. : A propósito, ¿está usted algo decepcionado con el camino que han seguido algunos ganadores del premio de la Fundación del Software Libre? Me refiero a personas como Guido Van Rossum, que ahora trabaja para Google, o Miguel de Icaza, que lo hace para Novell.

R.M.S. : No los juzgo según quiénes los emplean. No estoy en contra del negocio como tal, no critico a nadie sólo por trabajar para una empresa. Lo importante no es quién les paga sino qué hacen. No sé lo que hace hoy día Guido Van Rossum. ¿Sigue trabajando sobre Python? Fue un buen trabajo antes, y supongo que lo es todavía. En cuanto a Miguel de Icaza, lo critico mucho porque apoya proyectos de Microsoft que pueden dañar la comunidad, como OOXML. Tengo sospechas de que tiene algo que ver con el pacto Novell-Microsoft, pero lo importante no es su motivo, sino el efecto. El negocio frecuentemente es una tentación para actuar mal, pero lo bueno o lo malo de un acto es independiente de ser o no ser negocio.

A.L. : La GPL3 ya se ha lanzado. ¿Cuál es el siguiente reto para la Fundación del Software Libre?

R.M.S. : No tenemos retos distintos, sino problemas que debemos corregir, mientras algunas empresas intentan empeorarlos. Una lista de problemas:

1) Los dispositivos que no funcionan sin software privativo. En esto vamos lentamente ganando, parcialmente

2) Los proveedores de servicio de conexión a Internet cuyos servicios no funcionan sin software privativo. No sé si estamos ganando o perdiendo en esto.

3) La gestión digital de restricciones (DRM). Hemos ganado bastante este año en el campo de la música, y también con la ruptura del AACS, pero también hemos perdido; por ejemplo, la BBC ha comenzado a difundir sus programas con DRM.

4) Las patentes informáticas. Los EEUU recientemente las han impuesto en Perú, Colombia, Costa Rica, y otros países. La Fundación del Software Libre (FSF) va a lanzar una campaña contra las patentes informáticas en los EEUU.

5) La presencia de programas privativos en las distribuciones de GNU/Linux. Hay cientos de versiones del sistema GNU/Linux, y se llaman “distribuciones”. Hace tres años, todas las distribuciones contenían programas privativos. Hace un año había dos que tenían la política firme de rechazar todo software privativo: gNewSense y Ututo. Ahora está también Gobuntu, distribución hermana de Ubuntu (que sigue conteniendo programas privativos). No podemos sugerir el uso de Gobuntu, porque se confunde fácilmente con Ubuntu; no obstante, es progreso.

6) El “impuesto de Microsoft”. Hace poco, los mayores vendedores de PCs los vendían siempre con Windows, y la licencias de Windows siempre era parte del precio. Hemos hecho un progreso notable este año, ya que varias empresas ya venden PCs al público con GNU/Linux. No las venden con distribuciones completamente libres, pero no obstante es un progreso, y así uno puede evitar pagar a Microsoft.

7) La enseñanza de Windows en las escuelas, cuyas clases sujetan a sus alumnos a Microsoft. El apoyo al software libre en Brasil crece, y Valencia ha decidido migrar al software libre. Pero las regiones y escuelas que han migrado son una pequeña fracción del mundo.

8) El apoyo del software libre por estados. En enero 2007, Rafael Correa, Presidente de Ecuador, anunció la decisión de migrar las administraciones públicas al software libre.

A.L. : Ya estamos acabando, Richard. ¿Aún sigue programando, aunque sea ocasionalmente?

R.M.S. : Sí, pero no mucho.

A.L. : ¿Ha pensado volver como programador?

R.M.S. : No, porque ya soy viejo, y no puedo programar como antes. Nuestra comunidad ya tiene miles de programadores, mi ayuda como programador no cambiaría tanto. Si algún día puedo cesar de luchar, pienso visitar a mi amiga profesora de tango para aprender a bailar bien.

A.L. : Quizás Linus Torvalds todavía escribe porque sabe que ésta es una buena forma de mantener “cuotas de poder” en el movimiento del software libre, ¿No cree?

R.M.S. : Visto lo divertido que es la programación, supongo que lo hace por el placer de programar. No necesitamos inventar otros motivos.

A.L. : Muchísimas gracias por su amabilidad, Richard.